El tiempo...

Empecé a sentir que la vivencia del tiempo es relativa según nuestra percepción y lo que estamos viviendo, en la meditación. Aunque la verdad es que el factor tiempo es evidente que varía en su experimentación, ya que cuando nos sentimos felices se acorta y cuando sufrimos se alarga de forma interminable.


Pero vuelvo a mi experiencia meditativa... descubrí que meditaba cuando el tiempo empezó a desaparecer... es decir lo que a mi me parecían unos escasos minutos podía resultar una hora de meditación. Eso me desconcertó bastante hasta el punto de empezar preguntarme... y durante ese tiempo ... ¿yo donde estoy?, es decir si alguien abre la puerta de la habitación durante esa hora supongo que verá mi cuerpo sentado meditando, pero... y yo donde estoy¿?
Porque no estoy allí, pero debo de estar en alguna parte. Pero no recuerdo nada, es decir, para mi no ha pasado el tiempo cuando vuelvo a sentirme en mi cuerpo, es mas, no soy consciente de que me voy si no fuera porque miro el reloj y veo que ha pasado el tiempo. Es decir, no estoy hablando de que tengo una experiencia mística, ni nada parecido, sencillamente no estoy.
Si, se que puedes pensar que me he dormido pero no es así porque sigo en la misma posición pero tengo un salto en el tiempo. Pero esa pregunta también me la hice yo, aunque un poco mas complicada... y cuando duermo profundamente ¿donde estoy yo?siguiendo en esa misma línea, mi cabeza seguía sin poder responder a la dichosa pregunta ¿dónde estoy yo?

Y en estos días ocurrió otra cosa...
Cogí un fuerte catarro, tomé medicación, aunque ya sabes que cuando estás en todo este mundo de nueva era no te gusta medicarte y todas esas cosas... pero bueno, lo hice porque el catarro era importante y la tos aguda. La medicación del resfriado me produjo un fuerte ardor de estómago y a penas una hora después de acostarme a dormir me desperté mareada, fui al baño y noté que el mareo aumentaba por segundos, inmediatamente... me desmayé.


Desperté con la cara pegada al suelo viendo el color rosado de las baldosas del baño... no se cuanto tiempo había pasado. Me dolía un pie (me lo torcí al caer) y la cabeza tenía un considerable chichón.
Fue entonces cuando me di cuenta que había perdido el conocimiento, me arrastré por el suelo como pude, pues apenas tenía fuerzas, abrí la puerta, llamé a mi compañero, que asustado preguntó.. ¿qué pasó? Me cogió y subió  a la cama y todos mis sentidos fueron recuperándose aunque durante varias horas estaba muy descolocada, no conseguí dormir bien y seguido esa noche.
Al día siguiente por supuesto ya tenía claro que no iba a tomar as medicamentos pues mi estómago no estaba para bromas, así que anulé varias cosas y me dispuse a curar de forma natural el catarro con unos días de cama y descanso.
En estos días de reposo una nueva comprensión a aparecido…
La dichosa pregunta azotó mi mente de forma mucho mas atemorizante esta vez… ¿dónde estaba yo cuando me desmayé? Es evidente que en mi cuerpo no, porque no sentí ni el golpe de la cabeza ni la torcedura del pie ( y mi pie hoy estaba súper morado e hinchado así que aquello tendría que haber dolido), y además no tengo ni idea del rato que pasó mientras mi cuerpo estaba en el suelo.
Por la noche de ese día después, sentí verdadero pánico a dormir.
Cogí el libro UCDM (Un curso de milagros) y leí el mensaje que apareció en la página abierta del libro…
Hablaba sobre que cuando sientes miedo, sufrimiento o dolor, se lo entregues al Espíritu Santo.
TEXTO pág. 269 / 7 / 5

“No permitas que ningún vestigio de dolor permanezca oculto de Su Luz, y escudriña tu mente con gran minuciosidad en busca de cualquier pensamiento que tengas miedo de revelar. Pues Él sanará cada pensamiento insignificante que hayas conservado con el propósito de herirte a ti mismo, lo expurgará de su pequeñez y lo restituirá a la grandeza de Dios.”

Cual era mi miedo, mi sufrimiento… ¿dónde estoy?, no estoy en ninguna parte, si no recuerdo nada, durante ese tiempo perdido… no existo. Cuando dormimos profundamente cada día ¿dónde estamos? Cuando no hay sueños ¿dónde estamos?  Le entregué al E.S.  el sufrimiento y dolor de sentir que como yo personal no existía, pensé que al morir no podía ser muy distinto a ese sueño profundo sin sueños, la única diferencia es que ya no despertaba de nuevo en mi cuerpo.
Mi padre murió de golpe en el baño, se paró su corazón. Bien podía haber muerto yo igual cuando me desmayé. Sentí esa destrucción de mi yo de forma tan fuerte y real , sentí el miedo a la muerte, el miedo  a Dios, me pareció una aniquilación total… pero entonces un pequeño pensamiento de Luz  surgió…

“Tu Padre te Ama, tú formas parte de ese Amor, ¿por qué crees que te pierdes cuando no estás aquí? Quizá es precisamente cuando estás aquí que estás perdido.

La Paz detuvo mi llanto y con esa respuesta en mi corazón me dormí.


Por la mañana recordé este sueño:

“Estaba en el mar haciendo inmersión acompañada de un conocido y popular aventurero de programas de TV (no me preguntes porque, los sueños son así J ) buceaba viendo el fondo del mar y nos acercábamos a tierra.
De pronto comentó el como de pasada..
-       “Vamos a la parte de la isla mas alta en los edificios porque creo que ya viene el Tsunami. 
-       OK – le dije.
Al subir por la tierra veíamos  como el mar entraba ya  e inundaba todo… lejos de producir pánico, simplemente se mezclaba con las cosas, llenándolas de agua, no destruía nada, algunas personas  como nosotros subían a lo alto para “no mojarse”  pero otras se quedaban allí. Vi a una amiga en su coche y le dije.
-       Oye que viene el mar.
Y ella se subió encima de su coche, el cual amablemente flotaba por encima del agua y ella observaba todo desde allí. Otras personas estaban en el pueblo y quedaban cubiertas por el agua, pero solo cerraban los ojos y la boca  y no les pasaba nada. Nadie sufría, nadie moría, nada se destruía… luego, el mar volvió a su lugar y todos contamos y compartimos la experiencia…”
Entonces desperté.

Al despertar vi claramente que era un sueño, aunque os aseguro que lo viví intensamente como real pero absolutamente sin ningún miedo y disfrutando de cada detalle.

Y esta es la reflexión final de todo este escrito que espero tenga un mensaje también para ti:

No importa donde estoy, ni cuanto tiempo creo estar allí cuando mi mente esta dormida o inconsciente, lo único que importa es lo que soy.
Y siempre Soy.




Comentarios

Entradas populares de este blog

Exposición de pintura "VIVENCIAS" de Sandra Gonzalez

El perdón y tu hermano.

LA IMPORTANCIA DE LOS MATERIALES - Cristina Rueda